Parece que JavaScript está deshabilitado en su navegador. Para obtener la mejor experiencia en nuestro sitio, asegúrese de activar Javascript en su navegador.
Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia. Para cumplir con la nueva directiva sobre privacidad electrónica, necesitamos el consentimiento para utilizar tus cookies. Aprende más.
Agua-Ardiente se lee como una palabra, pero en realidad son dos, que juntas o por separado se traducen en vida, tradición, familia, medicina, magia, conexiones con la tierra y con la otra. De ahí viene el término espíritu, porque eleva el espíritu.
En los Andes peruanos se le llama cañazo, y el líquido que brilla como los ojos de una persona fascinó a los estadounidenses Robert Randall y Wendy Weeks cuando pisaron el Valle Sagrado - El Valle Sagrado en 1974, cuando aún no era un área, que fue tan visitado por turistas. Esa fascinación se la transmitió a sus hijos Ishmael y Joaquín, quienes la absorbieron con la misma intensidad y la dieron un paso más cuando se unieron a Haresh Bhojwani para crear Destilería Andina.
El cañazo es un brandy artesanal elaborado a partir de caña de azúcar. A diferencia del ron, el jugo se fermenta a partir de caña de azúcar fresca, no a partir de azúcar o melaza procesada, el expresa el complejo carácter vegetal de caña de azúcar recién cosechada. Cañazo tiene una estrecha relación con el rhum agricole en el Caribe francófono y con la cachaça de Brasil.
En los Andes tiene un valor cultural, histórico y religioso. La caña de azúcar se cultiva en condiciones variables y extremas hasta 2100m.s.n.m.
El cañazo sufre de mala fama desde hace años en el Perú, pero en realidad es una joya de la destilación peruana que recientemente ha encontrado sus salvadores en manos de Destilería Andina. Sus creadores se han propuesto recuperar su esplendor y ampliar sus capacidades en cócteles y en la mesa.
Nuevo Cliente? Registrate Aquí
Debe iniciar sesión para administrar su lista de deseos.